Autohistoria cumple 20 años

Poco después del mediodía del jueves de la Semana Santa de 2003, terminaron de subirse a la red todos los documentos que integraban el contenido de lo que pretendía ser un resumen de la historia de la producción automotriz argentina. El “dial up” se tomó su buen tiempo, pero el paso inicial ya estaba concluido. Autohistoria estaba “on line”.

El material de archivo se limitaba a unas pocas revistas Su Auto -que compré y atesoré durante mi adolescencia-, a las que se sumaron algunos ejemplares de Corsa, Automundo, Autos de Época, Autoclub, Parabrisas, El Gráfico, más recortes de diarios y algún que otro folleto original.

2002 fue un año difícil para el país y también para mí. Con tiempo disponible (léase estaba desempleado) y esa pila de revistas pidiéndome a gritos que hiciera algo con ellas, se me ocurrió combinar dos pasiones: los autos argentinos y la historia. Aprendí rápidamente a operar el Dreamweaver y durante meses me ocupé de digitalizar documentos y redactar textos. Cuando alcancé cierta destreza con el programa y una masa crítica de información llegó el momento de hacer público lo realizado.

Jamás imaginé que una actividad que nació con una simple intención recreativa se convirtiese en un proyecto de vida, laboral y profesional. Lo que siguió fue realmente impensado: libros, cursos, revistas, exposiciones, elaboración de contenidos para editoriales y empresas. Pero lo más importante son las muchísimas personas que conocí y me honran con su amistad. En criollo, amigos de fierro.

Decía la página inicio de esa primera edición de 2003 que lo publicado se trataba de una “historia, siempre incompleta, que se nutre permanentemente de los generosos aportes de los lectores quienes ayudan a enriquecer y completar la información, corregir errores y subsanar involuntarias omisiones”. Y así sigue siendo.

Autohistoria es un viaje de ida sin paradas, un aprendizaje permanente que enriquece y se disfruta.

¡Muchas gracias a todos los que me acompañaron en estos 20 años!

Seguiremos por más. La historia no para y Autohistoria tampoco.

Gustavo Feder, editor

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