Luego del cierre de Citroën Argentina en 1979, algunas empresas se dedicaron a reproducir en plástico reforzado partes del modelo Mehari destinadas al mercado de reposición y también en formato de kit para montar sobre chasis de automóviles usados de la marca.
Entre las compañías que se ocupaban de este negocio, se encontraba Mehari-Manía Industrias Plásticas S.R.L., empresa que tenía sus instalaciones en Escobar, provincia de Buenos Aires.
A principios de 1983, Mehari-Manía buscaba diferenciarse de la competencia para ofrecer un producto con un diseño original. A través del arquitecto Enrique Ubertone, financista del proyecto, la empresa se puso en contacto con el estudio de diseño F&P, integrado por los diseñadores industriales Guillermo Portalupi y Gustavo Fosco, para realizar un rediseño total del auto.
La idea rectora del proyecto era respetar el concepto original del Mehari, pero adaptándolo a las tendencias de mediados de los años 80, cuando la moda de las tablas de surf y wind surf era un boom y los Mehari y viejos Jeep IKA se habían transformado en el transporte ideal para llevarlas a las playas.
Nace el Arena. Diseño y construcción
Fosco y Portaluppi comenzaron con los primeros bocetos a mediados de 1983. Al año siguiente, una vez definido el diseño, se inició la construcción de todos los moldes en madera a partir de dibujos y perspectivas. El auto fue construido parte por parte. Por razones de costos, cada vez que se terminaba una pieza en madera había que construir inmediatamente el molde, así se construyeron todos los moldes. Una vez terminados, se realizó el primer montaje sin la realización previa de una maqueta o prototipo.
El diseño del auto respondía a las tendencias de la época con líneas muy rectas y simples, inspiradas en el Fiat Panda 4×4 de Giugiaro y en el Jeep Cherokee de Chrysler. Sin embargo, esa línea, mezcla de estilo norteamericano adaptado a las dimensiones de un auto europeo, ayudó a que el producto no envejeciera prematuramente. Su diseño presentaba muchos clichés y códigos estilísticos que hoy se aplican en las SUV contemporáneas, como los guardabarros, el tipo de paragolpes, o las parrillas.
El Arena tenía algunos detalles de diseño interesantes como las tazas en fibra de vidrio, un tablero muy completo y prolijo, con varios relojes colocados en un panel rectangular, luces de giro delanteras envolventes y faros traseros de dos colores, construidos en acrílico a partir de una plancha que se cortaba, moldeaba y se atornillaba a la carrocería.
Para las ópticas delanteras se utilizaron unas genéricas que equipaban a las pick up Ford de esos años y que respondían al estilo de auto norteamericano de los años 70 y 80. La sujeción de la lona se hacía mediante dos barras estructurales abulonadas al resto de la estructura del auto.
Modelo para armar
Si bien el kit estaba previsto para ser montado sobre chasis Citroën, algunos se armaron sobre mecánica de Fiat 147 y 128. El problema de los kits radicaba en que el aspecto final del auto armado dependía de la calidad del montaje que hiciera cada comprador; por tener tantas piezas separadas era muy difícil lograr una construcción precisa. La ventaja era que en caso de impacto o rotura las piezas podían intercambiarse fácilmente a diferencia de las carrocerías de una sola pieza.
En cuanto a las prestaciones, la velocidad máxima con el motor Citroën de 600 cc y 32 hp se calculaba en 110 km/h, mientras que la capacidad de carga era de alrededor de 400 kg.
El Arena fue presentado a mediados de 1985 y se mantuvo en producción por espacio de dos años. Si bien en este tipo de construcción es muy difícil establecer cifras de fabricación precisas, se estima que se construyeron entre 1500 y 2000 kits en total, a un ritmo de 10 por día.
En 1989 Mehari Manía vendió toda la matricería y la empresa que la adquirió lanzó una nueva versión llamada Bahía. En este caso, también se recurrió los servicios de F&P para realizar un rediseño que incluía un techo rígido construido con una estructura en plástico en lugar de la lona, dándole más curvatura a los laterales y ganando en armonía de líneas.