Manuel Iglesias nació en la ciudad española de Carbia, Pontevedra, el 22 de enero de 1870. Arribó a nuestro país en 1884 e inmediatamente comienza a trabajar en una chacra de la localidad bonaerense de San Isidro. Poco tiempo después se traslada a San Martín con una carta de presentación escrita por sus padres y un amigo le da albergue y trabajo en una carpintería donde rápidamente aprende el oficio. A los 26 años se casa con María Mantellini de 19 con quien tiene 13 hijos.
En 1889 ingresa al departamento de Ingeniería de los talleres ferroviarios del FCCA (Ferrocarril Central Argentino) de San Martín donde toma contacto con la tecnología de punta en ese momento vinculada a la máquina de vapor para uso ferroviario. Completa su formación de mecánico con la lectura de revistas y libros de física y mecánica. En sus ratos libres construye un torno a pedal y con este parte del mobiliario del dormitorio y comedor de su casa.
A fines del siglo XIX, logra comprar su primer motor a explosión con el que realiza las primeras experimentaciones. Poco tiempo después pide el pase a Campana donde ingresa al departamento de coches y vagones del FCCA. Se instala con su familia en la casa de Colón nº 226 de esa ciudad. Influenciado por las notas sobre automóviles y aviones publicados por la revista Caras y Caretas, surge en Iglesias la idea de construir su propio automóvil.
Finalmente, el 20 de noviembre de 1907, luego de cuatro años de intensa construcción, Iglesias, junto a su esposa que ese día cumplía 26 años, recorrió con su auto las polvorientas calles de Campana ante el alboroto y asombro de sus vecinos.
Don Manuel Iglesias falleció en San Martín el 15 de enero de 1955, ignorando por completo la trascendencia de su obra.