Jefe

Jefe versión rural

Desde sus comienzos empresariales, a mediados del siglo XIX, Casa Fehling estuvo vinculada al transporte. En 1862, Don Guillermo Fehling inició sus actividades industriales con la fabricación de carruajes. La fábrica tenía su sede en la calle Buen Orden 721 (hoy Bernardo de Irigoyen) esquina Chile de la ciudad de Buenos Aires.

Cuando finalizaba el siglo XIX, Fehling se convirtió en uno de los pioneros en la importación de vehículos, en particular de origen europeo. Emprendió esta actividad en 1895 con un Daimler de un solo cilindro equipado con el primer motor a explosión accionado a nafta que se importó al país. El 15 de octubre de 1897 ingresó otro auto de esa marca pero con motor bi-cilindrico.

En 1904, Alberto Fehling (hijo de Guillermo), luego de integrar la comitiva en el pabellón argentino de la Exposición de Saint Louis (Estados Unidos), regresó al país con la licencia de representación de los automóviles Cadillac, los primeros de esa suntuosa marca que se comercializaron en Buenos Aires.

En 1916, se incorporaron a la sociedad sus hijos y la razón social cambió por Fehling Hermanos. La empresa adquirió un lujoso salón de exposición y ventas sobre la avenida Alvear y amplió su oferta con la incorporación de las marcas norteamericanas Lasalle y Oldsmobile, del grupo General Motors, y de las alemanas Wanderer, Opel y Henschel.

A partir de 1937, cesó la representación de los autos estadounidenses, pero mantuvo a Wanderer y Henschel mientras que sumó las marcas germanas Horch y D.K.W.

Esta actividad prosiguió en forma regular hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial que interrumpió abruptamente la importación de automóviles y puso en grandes dificultades económicas a la firma.

En esas complejas circunstancias, asumió como director Guillermo Fehling (hijo) y la razón social volvió a cambiar su denominación, esta vez, por Casa Fehling S.R.L.

El Jefe

La realidad de la segunda posguerra encontró a la compañía dispuesta a integrar el reducido lote de fabricantes de automóviles en el país que por entonces buscaban satisfacer la necesidad de renovar y ampliar el obsoleto y deteriorado parque automotor al calor del acelerado proceso de industrialización.

La creación de IAME y la radicación de Kaiser a través de IKA, resultaron un estímulo para que algunas industrias medianas nacionales se sumaran a la producción automotriz.

Mientras tanto, se habían incorporado a la sociedad Conrado Jeque, Casimiro J. Elustondo, Juan Hube y Carlos Fehling.

En la segunda mitad de la década de 1950, y luego de 93 años de constante actividad en el rubro, pudo hacerse realidad el sueño del fundador de la empresa: la construcción de un auto de diseño propio e íntegramente argentino.

En enero de 1956 fue oficialmente presentado el Jefe, un vehículo mediano y económico que se ofrecía en dos versiones de carrocería: sedán dos puertas y rural. Esta última, con la opción de dos o tres puertas (dos puertas en el lateral derecho y una sola en el izquierdo). Las rurales incluían un portón trasero de dos aperturas independientes abisagradas.

El precio de venta al público de la versión rural era de 86.000 pesos. Casa Fehling brindaba un plan de pagos con facilidades que permitía adquirirlas con un anticipo al contado de 40.000 pesos.

Jefe versión sedan
Perfil del Jefe en versión sedán. La mecánica y la carrocería estaban basados en los Institec de IAME.

El Jefe estaba basado en chasis y mecánica de los Institec producidos por IAME, inclusive el diseño de sus carrocerías presentaba un aspecto similar a los autos de la fábrica estatal.

El motor que los equipaba era de dos tiempos, dos cilindros y 700 cc; erogaba 24 hp y estaba dispuesto en forma longitudinal sobre el eje delantero. Alcanzaba un consumo de 7 litros de combustible cada cien kilómetros recorridos a un promedio de 90-100 km/h. Para obtener un funcionamiento óptimo, la mezcla de carburante requería de una combinación de 1 litro de aceite cada 20 de nafta.

El tanque de combustible tenía una capacidad de 40 litros, con lo cual alcanzaba una autonomía cercana a los 570 kilómetros.

La transmisión era trasera con caja manual de tres marchas y marcha atrás. Los frenos a tambor, traseros y delanteros tenían accionamiento hidráulico.

La carrocería estaba montada sobre bastidor. Sus medidas eran de 4290 milímetros de largo; 1530 de ancho; 1450 de alto y una distancia entre ejes de 2400 milímetros. El conjunto vacío pesaba 950 kilos.

Durante los primeros meses de 1956, los prototipos fueron exhibidos en la nueva sede de la empresa en avenida Córdoba al 3000 de la ciudad de Buenos Aires, pero no llegaron a producirse en serie.