Al comenzar la década de 1980, Luis Gaggino dirigía la empresa Eniak, una fábrica de productos electromecánicos que su padre había fundado en 1948. Su principal actividad, la fabricación de transformadores y estabilizadores ferro-resonantes, no auguraba buenas perspectivas frente a los cambios tecnológicos que se avecinaban. Como alternativa, Gaggino vislumbró incorporar otros productos para fabricar en bajas series.
Clásico de nacimiento
La idea de construir autos era tentadora y para concretarlo se puso en contacto con Pedro Campo. El reconocido diseñador le sugirió fabricar un coche sport con estilo vintage. El planteo era claro: si se fabricaba un auto contemporáneo, en poco tiempo iba a quedar viejo, por lo tanto, sugirió una carrocería de diseño antiguo, pero montada sobre un chasis moderno. La propuesta era que fuera un clásico de nacimiento.
Gaggino se entusiasmó con la idea. El proyecto comenzó a gestarse en 1982. El diseño propuesto era similar al de los atractivos deportivos ingleses e italianos de entre-guerras. Campo se inspiró en muchos de ellos, en especial en el Alfa Romeo 6C 1750 Gran Sport, el Jaguar SS 100, el MG TA y el Squire.
El reconocido diseñador proyectó un robusto chasis reticulado con caños de sección cuadrada forrado en chapa de acero. Sobre él se montaba una carrocería con piezas construidas en chapa y en resina reforzada.
En 1983, una vez definido el estilo, Alain Baudena se incorporó al equipo de diseño para construir el primer modelo. Alain no se limitó a la construcción del modelo, sino que además propuso ideas para el diseño.
El deportivo de Eniak estaba equipado con un motor Volkswagen de 1800 cc potenciado por Rafael Balestrini. Alcanzaba una velocidad máxima de 165 km/h. Para los clientes más exigentes, se equiparon unas pocas unidades con motor Falcon de 3.6 litros, en estos casos, las prestaciones se elevaban a 195 km/h.
El habitáculo expresaba sobriedad y deportividad. Las portezuelas abrían hacia atrás y permitían acceder y descender del vehículo sin abrirlas cuando la capota estaba desmontada. Sus dos butacas estaban tapizadas en cuero y disponían de regulación longitudinal. El tablero en madera de cedro alojaba un instrumental completo de diseño exclusivo. El volante era de madera de cuatro rayos. El equipamiento incluía radio AM/FM con pasa casetes, limpiaparabrisas eléctrico, cinturones de seguridad y calefacción.
Producción y ventas
El proceso de gestación del Antique coincidió con los trámites de Eniak ante la Secretaría de Industria para obtener el status de terminal automotriz. El primer auto que dejó la línea de producción, lo hizo con el correspondiente título y cédula verde. El lanzamiento comercial se concretó en la primavera de 1984.
A pesar de ser un producto de nicho, el Antique gozaba de una apreciada demanda. Pero hacia 1986 Eniak expandió su producción con la pick up Durango 4×4. Algunas automotrices vieron en este nuevo producto una amenaza a sus posibilidades y presionaron a proveedores comunes para afectar el normal aprovisionamiento de piezas.
La estructura de costos se hizo insostenible y la sustentabilidad del proyecto rápidamente se vio afectada. Esta circunstancia, sumada a la coyuntura económica que padecía el país a fines de los años 80, forzaron el quiebre de la empresa.
El último auto, el número de serie 104, dejó la fábrica de Mataderos en 1990. Inmediatamente, se cerró toda la producción, tanto la automotriz como la electromecánica. Otro ciclo productivo llegaba a su fin en el país.
Antique For Export
El Antique no solo fue un auto deseado y admirado en Argentina, sino también fuera del país. Algunos ejemplares fueron exportados a España, Estados Unidos, Francia, Italia y Japón. Para este país debieron hacerse algunas modificaciones como los faros para conducir por la izquierda y un parabrisas distinto, pero se pudo conservar el volante a la izquierda. El Antique es el único auto argentino homologado para transitar en Japón.
El comprador de Estados Unidos llevó uno de muestra para ver qué posibilidades tenía allí. El auto enviado a Italia fue equipado con motor y caja de Fiat 132, a través de gestiones con SEVEL que en esos momentos tenía stock de piezas y repuestos para ese modelo.
Con categoría FIVA
En 2015, y por primera vez, un Antique recibió el Carnet FIVA. Esta distinción, que otorga la Fédération Internationale des Véhicules Anciens (FIVA), certifica la originalidad del vehículo y lo habilita, entre otras cosas, a participar en competencias históricas de nivel internacional. El reconocimiento fue gestionado a través del Club de Automóviles Clásicos del República Argentina (CAC), representante en el país de FIVA.
La unidad beneficiada fue el Antique s/n 0040 del año 1984 al que su dueño apoda cariñosamente “Tomate”.
Fotos: Freddy Pereyra
Más información sobre el Antique en la edición nº13 de la revista digital Autohistoria. Ver nota