RYCSA

Historia de RYCSA

En 1926 Santo Rosati y Francisco Cristófaro se asociaron para establecer un taller de fundiciones metalúrgicas al que denominaron RYCSA (Rosati y Cristófaro Industrias Metalúrgicas S.A.M.I.).

A mediados de los años cincuenta, la sociedad ostentaba una sólida posición a través de una diversificada producción que incluía la fabricación de puentes grúa, calderas, máquinas herramientas y construcciones metálicas en general.

Producción automotriz

A comienzos de la década de 1950, Rosati y Cristófaro apostaron al desarrollo del mercado automotriz. Se analizaron diversas alternativas y finalmente fueron encarados tres proyectos, todos ellos bajo la dirección técnica del ingeniero turinés Juan Rossi.

Las características técnicas y constructivas a las que debería ajustarse los nuevos productos derivaban del análisis de las necesidades de transporte del país que habían realizado técnicos de la empresa. Se determinaron dos tipos de uso corriente del automóvil.

Por un lado, el de usuarios que debían trasladarse dentro de las grandes ciudades o en sus alrededores en forma ágil, segura y con espacio para estacionar. Usuarios que priorizaban el bajo costo de mantenimiento. En este caso, los viajes largos constituían una excepción.

Por el otro lado, se consideraron las necesidades de los usuarios que recorrían largas distancias en caminos no siempre en buenas condiciones. Para ellos el confort, autonomía y capacidad de carga eran prioritarios.

Historia de RYCSA
El Gilda fue un desarrollo propio de RYCSA. Estaba equipado con un motor de 1792 cc y cuatro cilindros en V de diseño local.

La solución para los primeros fue encontrada en la realidad europea de pos guerra, en donde proliferaron las microcupés. Estos vehículos se caracterizaban por sus reducidas dimensiones, pequeñas cilindradas y bajo consumo. RYCSA obtuvo un acuerdo de licencia con la firma italiana Siata (Societá Italiana Auto Trasformazioni Accessori) para producir el pequeño Mitzi B40. Por entonces, la industria automotriz italiana lideraba en la producción de este tipo de autos.

Para el segundo caso, se optó por un desarrollo local de dos vehículos medianos: un sedán dos puertas y una pick up. Ambos compartían la misma plataforma y estaban impulsados por un original motor, denominado M 504 V, de cuatro cilindros en V a 90º y 1792 cc de cilindrada. Los modelos fueron denominados respectivamente S 500 Gilda y C 500 Gauchito.

Mitzi B-40
El Mitzi B-40 fue el pequeño automóvil que RYCSA se propuso fabricar con licencia de SIATA.
Elevada integración nacional

RYCSA disponía de cuatro plantas industriales situadas en las ciudades de San Nicolás, Arrecifes, Caseros (para construcciones mecánicas) y Quilmes. En conjunto sumaban 70.000 metros cuadrados de superficie cubierta. Esta diversificación industrial le permitía alcanzar una elevada integración nacional que incluía la obtención del mineral de hierro en sus yacimientos de Zapla y la fundición de acero para la construcción de los bloques de los motores que se realizaba en la planta de Arrecifes. La mecanización se realizaba en los talleres de IMEMA.

El 26 de enero de 1956 se presentaron en el Salón de Exposiciones del edificio de YPF en la avenida Diagonal Norte, los modelos Mitzi, Gilda y Gauchito. Junto a ellos se exponía también un prototipo del tractor T2-40.

La experiencia no superó la producción de unas decenas de automóviles de los diferentes modelos a lo largo de la segunda mitad de la década de 1950. Los acontecimientos políticos de septiembre de 1955 torcerían la suerte del emprendimiento. La política económica adoptada por la “Revolución Libertadora” restringió severamente los créditos a los proyectos industriales. Falto de apoyo financiero, la producción seriada de los vehículos resultó truncada.

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