A principios de la década de 1920, el Sr. Roberto Alabarbe construía hidro-deslizadores con capacidad para trasladar, según sus modelos, entre 3 y 8 pasajeros utilizando motorizaciones de 18 y 80 hp. Estos vehículos, fabricados con maderas del país, habían cumplido satisfactoriamente sus requisitos de uso, tanto en las condiciones de seguridad, estabilidad y economía.
Alentado por estos resultados, en 1923 Alabarbe presentó un vehículo combinado, automóvil-deslizador hidráulico. En la práctica funcionaba como un verdadero anfibio que podía circular tanto por ríos y arroyos como por calles y carreteras.
Se desconocen más datos técnicos y si el vehículo superó la instancia de prototipo. El único documento disponible es la imagen que ilustra esta nota que fue publicada originalmente en una edición de 1923 de la revista Automovilismo del Automóvil Club Argentino (ACA).