Rodolfo César Marcovecchio construyó de manera totalmente artesanal un auto de pequeña cilindrada. La reconocida revista Mecánica Popular reflejó en sus páginas este meritorio trabajo en un artículo publicado en su edición nº 6 de junio de 1964.
Esto decía:
En la fabricación de este atractivo automóvil, hecho totalmente a mano, su constructor, Rodolfo César Marcovecchio, de la provincia de Buenos Aires, Argentina, empleó aproximadamente 7600 horas de su tiempo libre. Para ello, tuvo que hacer todos los moldes en madera, a fin de fundir la mayoría de las piezas que componen el coche. También fabricó íntegramente el motor, el diferencial, la carrocería, etc., así como el resto de los componentes mecánicos del vehículo.
El modelo está equipado con un motor de 2 cilindros, de dos tiempos, con desplazamiento de 700 cc, y que desarrolla 35 caballos de fuerza a 5500 rpm. Su índice de compresión es de 7,2 a 1, y la refrigeración es del tipo de aire forzado por turbina.
Además, el coche está provisto con embrague de disco seco, caja de cambios de cuatro velocidades sincronizadas y marcha atrás, chasis tubular con suspensión independiente en las cuatro ruedas, muelles delanteros helicoidales y muelles traseros de hoja, frenos hidráulicos en las cuatro ruedas, dirección de tipo de cremallera y sistema de calefacción por circulación de aire caliente.
Este automóvil desarrolla una velocidad máxima de 115 kilómetros por hora y su consumo es de 7 1/2 litros de gasolina cada 100 kilómetros de recorrido.
Sus especificaciones son: largo total, 3.95 metros; anchura máxima, 1.59 metros; altura máxima sin carga, 1.35 metros; radio de viraje, 5.5 metros; y peso máximo total, 1200 kilogramos.