En 1947, Antonio Soldano, un fabricante de cocinas de San Francisco, provincia de Córdoba, emprendió la construcción de un automóvil de estilo deportivo de características inéditas.
El constructor utilizó elementos mecánicos de origen Ford como el motor V8 de 100 hp, caja y dirección. El auto fue equipado con frenos hidráulicos.
La construcción se realizó de manera totalmente artesanal durante muchos años descuidando horas valiosas de su actividad laboral. La creación pudo rodar por primera vez en 1952.
El auto, del que trascendieron algunas pocas fotos y una ilustración, recreaba el estilo de los vehículos norteamericanos de la época, caracterizado por la abundancia de cromados, la pintura bitonal y las típicas aletas de los guardabarros traseros.
Con un largo de largo 5,02 m y un ancho de 1,88 m, el aspecto era imponente. Su carrocería era abierta, enteramente metálica, sin capota, y con una sola fila de asientos. Con un parabrisas bajo y envolvente, realizado en una sola pieza, la altura total resultaba de apenas 1,22 m.
Soldano declaraba a los medios de la época una velocidad máxima de 170 km/h, dato que no pudo ser corroborado en la práctica. Tampoco se conoce el destino de su realización.
Fuente: revista La Luneta