Por Gustavo Feder, editor de Autohistoria
En el verano 2020 pasé unas cortas vacaciones en la ciudad chubutense de Esquel. Al margen de la infinidad de hermosas atracciones que el paisaje patagónico ofrece, siempre nos estimula la expectativa de encontrarnos con algún objeto de culto automotriz durante las recorridas por la trama urbana y sus alrededores. Y esta vez no fue precisamente alguna vieja pieza móvil en envidiable estado de conservación, sino una obra artística en homenaje a un hecho histórico.
Mientras caminaba sobre una plazoleta de la céntrica avenida Alvear, me topé con la silueta de una vieja cupecita de TC. Debo reconocer que desde lejos parecía un objeto abandonado insensiblemente a la intemperie, pero una vez en el lugar todo cobró sentido. Se trataba de una recreación de una cupecita Chevrolet de 1940 realizada por Carlos Regazzoni, el talentoso escultor fallecido el año pasado.
Ubicada frente a la terminal de ómnibus, la obra es un homenaje a los pobladores de Esquel que colaboraron en la organización del Gran Premio del Sur de 1942.
Con su particular estilo, Regazzoni partió de un casco al que recortó, le soldó paneles de diferentes texturas y coloreó a puras salpicaduras y pinceladas. Montada sobre unas columnas, y con sus ruedas en el aire, la cupecita pareciera estar dando un salto acrobático en plena estepa patagónica.
La escultura del Gran Premio del Sur fue inaugurada en diciembre de 2018.
El Gran Premio del Sur de 1942
El Gran Premio del Sur de 1942 se disputó del 21 de enero al 1 de febrero a lo largo de un recorrido de 7.192 kilómetros, dividido en 10 etapas. Los 60 pilotos que participaron partieron desde Mercedes, provincia de Buenos Aires, y tuvieron como punto más extremo la localidad trasandina de Punta Arenas. El regreso fue por la costa atlántica hasta Bahía Blanca.
Esquel había sido una de las dos localidades reservadas para el descanso de los pilotos (la otra fue Comodoro Rivadavia). En su paso por la ciudad patagónica, los autos fueron atendidos en el taller de Don Manuel González, ubicado en avenida Fontana a metros de avenida Ameghino.
La más austral y dura de las competencias quedó en manos de Esteban Fernandino con una cupé Ford. Por su parte, Juan Manuel Fangio se adjudicó la última etapa Trelew-Bahía Blanca y se dio el gusto de bajarle la bandera a su histórico rival, Oscar Gálvez, quien llegaría 4´29” más tarde. El quíntuple resultó 10º en la clasificación final, mientras que el “El Aguilucho” se ubicó 5º.
Cabe destacar que el Gran Premio del Sur de 1942 fue una de las únicas dos pruebas que pudieron realizarse durante ese año. Luego de la Mar y Sierras, disputada el 2 abril, las carreras fueron prohibidas como consecuencia de la racionalización de combustible dispuesta por el gobierno nacional frente a la escasez provocada por el estallido de la Segunda Guerra Mundial.
Exelente reconocimiento de parte de la ciudad a los grandes heroes del TC. Y un gran artista Regazzoni
Hola Julio. Coincido en que se trató de un justo y merecido reconocimiento. Gran trabajo de Regazzoni.
Cordial saludo.