Hace unos meses publicamos en nuestras redes los 10 mitos más populares de la industria automotriz argentina, según nuestro criterio. Ahora los incorporamos como una nueva sección del sitio.
Los mitos son construcciones que el imaginario colectivo instala a fuerza de repeticiones y una buena dosis de creatividad. Muchos de ellos parten de ciertos datos objetivos que colocados en contextos inadecuados dan lugar a interpretaciones erróneas. Otros, en cambio, surgen como posibles réplicas a interrogantes que aún no tienen una respuesta certera. También existen aquellos que fueron gestados adrede para aprovechar a incautos interlocutores. En criollo, simples avivadas.
La industria automotriz argentina goza de una profusa mitología que ha nacido casi en simultáneo con los orígenes de la actividad. Una vez concebidos, los mitos fueron ampliamente diseminados en largas sobremesas de asados, mateadas en talleres y tertulias vespertinas en encuentros de clásicos y no tanto. En los últimos años, fueron las redes sociales los canales apropiados para instalarlos sin filtro y con la más absoluta impunidad.
La espesa patina del tiempo y la apabullante difusión los ha convertido en verdades irrefutables que conviene desmontar pacientemente. No pretendemos interpretar el rol de “refutadores de leyendas”, como bien podría acusarnos el “Negro” Dolina, sino que simplemente intentamos merodear la verdad histórica, si es que tal cosa existe.
Para empezar, armamos una lista con los diez mitos que a nuestro criterio son los más populares, pero bien sabemos que no son los únicos. Intentaremos, también, acercar una explicación que nos permita dar con su origen.
Para conocerlos, hacé clic en este link.