En 1951, los hermanos Camilo y Octavio Canal, mecánicos de Lanús Oeste, provincia de Buenos Aires, estaban construyendo un auto sport de tipo convertible sobre un bastidor Chevrolet, en su taller mecánico de la calle Ministro Brin.
Los Canal le propusieron al señor Luis Cangiani, eximio carrocero y habitué del taller mecánico de sus amigos “Pin” y “Poroto” (Camilo y Octavio Canal, respectivamente), que desarrollara y construyera una carrocería para este vehículo. Cangiani, luego de observar unas revistas de autos extranjeros, comenzó a dibujar el plano de la carrocería.
El diseño fue realmente distinto a lo conocido en la época. La trompa parecía un avión, con una gran toma de aire. Los paragolpes fueron ubicados a media altura con los guardabarros que se elevaban del resto de la trompa junto a la toma dinámica, bajando la cintura hasta el final de la puerta para luego subir nuevamente en los guardabarros traseros. Cangiani, con buenas habilidades como chapista, fue dando forma al auto, doblando las chapas artesanalmente, logrando un trabajo de gran calidad.
La mecánica utilizada y preparada por los Canal fue un motor Chevrolet naftero de cuatro tiempos y 6 cilindros, de los años 30, sobre un bastidor Chevrolet. Tenía caja de cambios de 3 velocidades, propulsión trasera con transmisión, diferencial y suspensión trasera de Chevrolet 1951.
El interés de Fangio
Al terminarse el Canal-Cangiani en 1952, uno de los visitantes del taller, amigo de Juan Manuel Fangio, se contactó con este para ponerlo en exhibición en alguna de sus agencias Mercedes-Benz. Al ver la expectativa que generaba el auto, Fangio quiso contratar a Cangiani para que trabajara en sus talleres, cosa que Luis no aceptó.
Un día, “Pin” y Cangiani, paseando en su auto sport, fueron abordados por una elegante señorita que viajaba en un importante vehículo, quien les preguntó si el auto estaba en venta. Camilo le puso un precio alto porque no creía que realmente fueran a comprárselo, cosa que no ocurrió, dado que al otro día apareció la mencionada mujer por el taller con el dinero.
Lo último que se sabe del auto es que fue trasladado a Santa Fe.
Historia de los hermanos Camilo y Octavio Canal
Los hermanos Camilo y Octavio Canal, nacidos en Argentina en 1920 y 1921 respectivamente, hijos de inmigrantes españoles llegados a principios del siglo XX al país, comenzaron desde jovencitos a manifestar su entusiasmo por la mecánica y por los automóviles.
Comenzaron su actividad durante la adolescencia fabricando bicicletas con cuadros soldados por ellos mismos en vez de caldeados, como era usual en esos tiempos (1936).
Ya desde temprana edad modificaron un automóvil para correr en pistas y a partir de ese momento no dejaron de involucrarse con los automóviles. Modificaron o como ahora se dice “tunearon” muchos autos, pickups y camiones livianos.
En 1946 instalaron un taller mecánico en Lanús Oeste, en la calle Ministro Brin 3552, donde arreglaban autos y camiones. En el fondo del taller diseñaron, construyeron y montaron una máquina de fabricar chavetas que producía de a miles.
Diseñaron y construyeron motores a explosión de uno y dos cilindros. Eso implicaba realizar los moldes, fundir los blocks, fabricar pistones, bielas, cigüeñales, engranajes, árboles de levas, carburador completo y magnetos.
Los motores de un cilindro se usaban para aplicaciones caseras como pequeños grupos electrógenos o cortadoras de césped.
Diseñaron el motor bicilíndrico para fabricar una motoneta entre 1950 y 1952. En ese entonces, en el autódromo de la ciudad de Buenos Aires, conocieron a Juan Manuel Fangio que probó la motoneta (prototipo) en el autódromo y los contactó con la fábrica Mercedez-Benz en donde luego pensaban fabricar más unidades. Por motivos ajenos a ellos no se pudo llevar a cabo ese proyecto.
Camionetas y un miniauto
En 1955, los hermanos Canal mudaron el taller mecánico a la calle Gral. Rodríguez 94, en Lanús Oeste.
Construyeron luego varias camionetas con mecánica Ford y, finalmente, fabricaron artesanalmente un miniauto para la ciudad, llamado “Chasqui”. Estaba propulsado por un motor Villiers bicilíndrico de dos tiempos, refrigerado por aire, con la particularidad de cambiar el sentido de giro del motor para ir en reversa.