En diciembre de 1973, el ingeniero electromecánico Héctor Eduardo Ripoll, hijo de un bodeguero de la provincia de San Juan, presentó el Polme, una versión personalizada del Falcon para realizar en pequeñas series.
Siguiendo una tendencia iniciada a fines de los años 60 con el Lutteral Torino y luego con el Chevron, versión deportiva de la Chevy Coupé, Ripoll se propuso dotar al Falcon de un carácter más deportivo.
Los trabajos se iniciaron tomando como base un modelo Sprint, presentado por Ford ese mismo año, al que se le realizaron una serie de modificaciones estéticas especialmente en el frente y la cola.
En el frontal fueron completamente remplazados los guardabarros y la trompa, otorgándole una trompa mas lanzada y baja donde se mantuvieron los cuatro proyectores originales y se incorporaron luces de giro en los guardabarros. El capó incluía una toma de aire del tipo NACA.
Los paragolpes fueron completamente remplazados por unos de material plástico con protección de goma y dimensiones reducidas logrando alivianar visualmente el conjunto. Todas las piezas fueron realizadas en plástico reforzado.
En el lateral se destacaba un postizo de forma cóncava que ensancha y prolonga el parante trasero vinculándolo con la base del baúl de forma similar al Dodge 1500 y al Chevrolet Chevy.
El panel trasero incorporaba los embellecedores del modelo Futura y, como novedad, presentaba el caño de escape en el medio, solución lo que obligaba a separar al paragolpes en dos piezas laterales y a subir la placa porta patente a la altura de la tapa de carga de combustible.
En el guardabarros trasero se modificó el recorte del pasaruedas y se le incorporó una moldura plástica que se extendía hasta la base del paragolpes.
Por último, completaban el diseño llantas exclusivas de aleación liviana y nuevos colores con bandas decorativas.
En cuanto a la mecánica, solo se modificó la altura del auto reduciéndola en 3 cm gracias a recortar en una vuelta los espirales de la suspensión y barras de estabilizadoras más duras.
Otro detalle fue la canalización del aire hacia el radiador a través de la toma NACA que podría incrementar en 5 km/h la velocidad final del auto.
En el interior los únicos cambios eran el volante personalizado con el logo de Polme en el centro y el manillar de la palanca de cambios.
Fuente: revista Corsa nº399. Diciembre de 1973
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