A mediados de la década del 70 la empresa VESA (Vehículos Especiales Sociedad Anónima) le encargó al CEPAD (Centro de Proyectos Avanzados de Diseño) el diseño y construcción de un vehículo de características anfibias.
El objetivo del proyecto estaba orientado a dar respuesta a las necesidades de movilidad en las zonas rurales con escasa o nula infraestructura de caminos o bien en zonas de pantano o anegadizas.
El grupo de profesionales que participaron del desarrollo estaba integrado por el diseñador industrial Mario Mariño (diseñador del Nic), encargado del diseño de la carrocería, el ingeniero Ferrari, responsable del desarrollo mecánico y el ingeniero Amarfil Lucero, a cargo de la ingeniería de producto.
La base mecánica sobre la que se comenzó a trabajar era de Renault 6, seleccionado por su tipo de tracción implementada a través de caja puente.
El motor se mantuvo de serie, pero fue ubicado en la parte posterior del vehículo detrás de la caja. Del equipo original sólo se remplazó el radiador por uno con electro ventilador de velocidad constante (3000 rpm).
Con respecto a la transmisión, se mantuvo la relación original del diferencial y caja puente.
Para todo tipo de superficie
A fin de mantener mayor maniobrabilidad en ruta, se optó para la dirección por el equipo de serie, en lugar del sistema de palancas que habitualmente utilizan los tractores.
Teniendo en cuenta su requerimiento de circulación en terrenos pantanosos y frecuentemente inundados, se optó por una tracción integral en sus seis ruedas a través de sus respectivos semiejes lográndose las mismas prestaciones que con un sistema de tipo oruga.
Sus constructores consideraron que lo mejor para circular en barro eran los neumáticos angostos, por lo tanto, se decidió equiparlo con los neumáticos de serie Fate Topadora. Este equipamiento y el peso reducido del vehículo ayudarían a sortear más fácilmente ese tipo de caminos.
La carrocería fue realizada en plástico reforzado con fibra de vidrio y era de tipo monocasco para garantizar su completa estanqueidad y hermeticidad. Estaba montada sobre un chasis de tubos de acero de sección rectangular de 3,5 m de extensión.
Para la construcción del VESA se realizaron costillas con placas de plexiglass que fueron recubiertas con cartones y maderas terciadas hasta alcanzar su forma definitiva.
Las medidas finales del vehículo obedecían a su factibilidad productiva. Su peso total era de 600 kg y podía soportar una carga de hasta 300.
Solo se construyó un prototipo que fue extensamente probado en diversos tipos de terrenos y también en su condición anfibio.
La producción en serie no alcanzó a materializarse.
Fotos: archivo Mario Mariño