La compañía sueca celebra 45 años de presencia industrial en el país. En la actualidad, la planta tucumana se especializa en la fabricación de transmisiones para camiones y buses, exportando el total producido a Brasil y Suecia.
El 26 de marzo de 1976 se puso en marcha el complejo industrial de Scania en Argentina. Culminaba exitosamente un largo proceso iniciado a mediados de los años 60 que implicó arduas negociaciones con las autoridades nacionales. La radicación de la marca sueca se inscribió dentro del marco de promoción del sector de camiones de más de 8 toneladas.
El proyecto presentado por Saab-Scania, -así era la razón social de la compañía en la época- fue aprobado en 1970. Dos años más tarde comenzó la construcción de la planta. El lugar elegido para la construcción fue un terreno de 30 hectáreas ubicado en la localidad de Colombres, provincia de Tucumán.
El 1 de diciembre, un camión L 111 equipado con un motor DN11 de seis cilindros y 202 hp, se convirtió en el primer Scania argentino. Junto a este modelo se producía el LT 111, ambos equipados con la caja estándar GR 860, también fabricada en el complejo tucumano.
El primer camión, con su característica y recordada pintura naranja, fue exhibido en pleno centro de la capital tucumana con una leyenda que decía “Scania Nº1 fabricado en Tucumán”.
Pronto la planta tucumana se especializó en la producción de cajas, palieres y diferenciales que equipaban tanto a las unidades producidas en país como a las construidas en Brasil.
La producción de camiones fue discontinuada en 2002. A partir de entonces, la planta tucumana se especializó en la fabricación de transmisiones para camiones y buses. En la actualidad, la totalidad de la producción es exportada, un 20 % hacia Suecia y un 80 % hacia Brasil.
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Cuando era muy chico, me encantaba el Scania L111, con esa trompa naranja, inolvidable.