Desde 1918, el Automóvil Club Argentino organizó con frecuencia los salones del automóvil. La crisis del 30 afectó la continuidad anual de la iniciativa que durante esa década se desarrolló de manera más esporádica. En diciembre de 1937 se realizó la última muestra previa al estallido de la Segunda Guerra Mundial.
El 24 de diciembre de 1937 abría sus puertas el Salón del Automóvil de 1938. Esta vez el lugar elegido fue la flamante playa de estacionamiento subterránea ubicada debajo de la avenida 9 de Julio, la primera de este tipo construida en el país. Fue inaugurada para la ocasión el mismo día de la apertura de la muestra.
El nuevo espacio disponía de 15.000 m2 de superficie, de los cuales 6000 estaban destinados a la circulación de los concurrentes. Fueron exhibidas 36 marcas de automóviles, 22 de camiones y 28 pertenecientes al rubro de accesorios y anexos, entre las que se encontraban empresas petroleras, fabricantes de neumáticos y autopartistas.
Las grandes novedades del salón fueron las presentaciones del poderoso Mercedes-Benz 540 K y en el otro extremo, el económico Fiat 500.
La muestra se extendió hasta el 8 de enero de 1938. La continuidad de los salones se vio afectada nuevamente, esta vez por el comienzo de la Segunda Guerra Mundial en septiembre de 1939. Debieron pasar 23 años hasta que el país tuviese un evento similar. En diciembre de 1960, fue inaugurado el Salón Internacional del Automóvil organizado en el marco de los festejos por el sesquicentenario de la Revolución de Mayo.
El texto forma parte del libro “Un siglo de autos argentinos. De los pioneros a la producción seriada”, de Gustavo Feder, publicado por Lenguaje claro Editora.